Hace 38 años que estoy enfermo, y rodeo este estanque día tras día, buscando el mayor de los milagros en mi vida, sanarme y sentirme libre.
Ya por mucho tiempo, y el hecho mismo de sentirme abandonado, me mantiene tirado en el piso, estoy sin fuerzas. Nadie es capaz de pasarme la mano, de ayudarme a llegar a ese estanque.
De tiempo en tiempo Dios enviaba un ángel y éste daba movimiento al agua, el primero que descendía era sanado de toda enfermedad. He visto los ciegos recuperar su vista, los cojos saltar, los paralíticos caminar.
Pero yo seguía aquí, 38 años!! Ya no quiero vivir, y como si nada, llega este hombre e irónicamente me pregunta: ¿si quiero ser sano?.
Pero, ¿qué pregunta es está? ¿Acaso no ve mi condición?..
Sí, claro que quiero ser sanado.
Tanto tuve que esperar para escuchar esa voz: “Toma tu lecho y anda”
Y tú ¿qué haces mirando el estanque? ¿Esperando que alguien te ayude?
Jesús te pregunta “¿Quieres ser sanado?”
¿Lo deseas? ¿O prefieres pasar más años viendo cómo otros son sanados, pasando por victorias, sanándose, los ciegos viendo, los mudos hablando. ¿Y tú qué?
Jesús te dice hoy: TOMA TU LECHO Y ANDA.
¿Estás escuchando? Este es el tiempo de tu sanidad, no importando si es física, emocional y/o espiritual.
Lucio Robles
P.J.C. Paraguay
Lucio Robles
P.J.C. Paraguay
